Ansiedad y depresión

¿Qué es la ansiedad y cómo se manifiesta?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes. Puede ayudarnos a reaccionar ante ciertos retos (ansiedad adaptativa), pero cuando se vuelve constante o desproporcionada, comienza a limitar nuestra vida. Puede manifestarse en forma de insomnio, pensamientos obsesivos, sensación de ahogo, tensión muscular, irritabilidad, miedo, dificultad para concentrarte.

¿Cómo sé si lo que siento es tristeza o algo más?

Sentirse triste de vez en cuando es parte de la vida, pero cuando la tristeza persiste, aparece la apatía, el aislamiento o la sensación de que todo cuesta demasiado, puede tratarse de un trastorno del estado de ánimo. No siempre hay un motivo claro, y eso no invalida lo que sientes, todo lo contrario, hace que tengamos que prestarle atención.

¿Por qué me pasa esto ahora?

Los síntomas no siempre aparecen “de la nada”. A veces son el resultado de experiencias sostenidas de estrés, exigencia o desgaste emocional. Otras veces, responden a un momento vital de cambio, a una pérdida no reconocida o a un desequilibrio entre lo que necesitamos y lo que estamos pudiendo sostener. Escuchar el síntoma es el primer paso para comprender lo que quiere decirnos.

Te acompaño cuando sientas que:

• La preocupación constante y el miedo te invaden con frecuencia.
• Te cuesta concentrarte o tomar decisiones.
• Tus pensamientos se repiten en bucle y te cuesta salir de ellos.
• El estrés y la sobrecarga mental se han vuelto parte del día a día.
• La tristeza se ha vuelto persistente, sientes apatía sin un motivo claro.
• Dificultad o imposibilidad para conectar con sensaciones agradables.
• Sientes un vacío o una desconexión contigo misma/o o con lo que te rodea
• Tu cuerpo expresa el malestar en forma de tensión, molestias digestivas, dolores de cabeza, mucho o poco apetito u otras somatizaciones.
• Tu sueño no es reparador:
  • Tardas en dormirte.
  • Te despiertas muchas veces o muy temprano y ya no logras volver a dormir.
  • Duermes mucho o muy poco.

La terapia puede ayudarte a:

• Escuchar lo que el síntoma intenta comunicar, en lugar de pelear con él o tratar de eliminarlo.
• Comprender el origen de tu malestar y cómo se manifiesta en el cuerpo, las emociones y los pensamientos.
• Identificar y transformar patrones de pensamiento que alimentan la ansiedad, la tristeza o la sensación de bloqueo.
• Reconectar con tus necesidades y aprender a sostenerlas.
• Revisar tus exigencias internas y cultivar una relación contigo más compasiva y flexible.
• Incorporar recursos para regular tus emociones de forma más orgánica, desde el cuerpo y desde la conciencia.
• Sentir que no estás solo/a en lo que estás sintiendo.