¿Qué entendemos por duelo y por qué es necesario?
El duelo es la respuesta natural que experimentamos ante una pérdida significativa. No es un problema a resolver, sino un proceso que nos permite adaptarnos a una nueva realidad donde algo o alguien importante ya no está.
Podemos definirlo como “la presencia de una ausencia”. El dolor aparece porque aquello que perdimos tenía un valor en nuestra vida. Aceptar esa ausencia no significa olvidar, sino aprender a vivir de una manera distinta.
¿Solo existe duelo cuando alguien muere?
Aunque lo asociamos de inmediato a la muerte de un ser querido, el duelo puede aparecer ante muchas otras pérdidas: una ruptura de pareja, un cambio de país, la pérdida de un trabajo, un diagnóstico de salud o incluso el fin de un proyecto personal.
En todos estos casos hay un denominador común: sentimos que algo valioso ya no forma parte de nuestra vida, y necesitamos un tiempo para elaborarlo.
¿Qué fases puede tener un duelo?
Uno de los modelos más conocidos describe cinco fases: Negación, Negociación, Ira, Tristeza y Aceptación. Sin embargo, no todas las personas pasan por todas ellas ni en el mismo orden.
Ejemplo: alguien puede sentir primero rabia, luego un periodo de tristeza profunda, y más adelante momentos de negación. El duelo no es lineal, sino dinámico y cambiante.
Estas fases no son un mapa rígido, sino una forma de entender que el proceso puede tener diferentes matices y tiempos.
¿Por qué no todos vivimos el duelo de la misma manera?
Cada persona atraviesa el duelo de forma única. Influyen factores como:
– La relación que teníamos con lo perdido.
– El momento vital en el que nos encontramos.
– La red de apoyo social disponible.
– La historia personal y las estrategias previas para afrontar el dolor.
Por eso, comparar nuestro duelo con el de otra persona suele ser injusto: no existen dos experiencias iguales.
¿Qué recursos pueden ayudar durante el duelo?
Algunos recursos que pueden ser de ayuda son:
– Permitirse expresar emociones, sin juzgarse.
– Realizar rituales de despedida o memoria.
– Buscar apoyo en familiares, amistades o grupos de acompañamiento.
– Mantener rutinas básicas de autocuidado: alimentación, descanso, movimiento.
– Darse tiempo: el duelo no tiene un calendario fijo.
Cada pequeño paso en este proceso es valioso, incluso si a veces parece que no avanzamos.
¿Cuándo conviene buscar ayuda profesional?
El duelo es un proceso natural, pero en algunos casos conviene buscar ayuda psicológica:
– Cuando el dolor se siente insoportable o no disminuye con el tiempo.
– Si aparecen síntomas depresivos intensos o persistentes.
– Cuando hay dificultad para retomar la vida cotidiana.
– Si el duelo se convierte en un bloqueo que impide avanzar.
La terapia puede ser un espacio de acompañamiento y sostén, donde la persona encuentra recursos para elaborar la pérdida y poco a poco reconstruir su vida.
✨ El duelo no se supera olvidando, sino integrando la pérdida en el presente.